7 feb 2011

BOLETIN TANGUERO Nº 64

SUMARIO DE ESTA EDICIÓN
DEL 07 DE FEBRERO DE 2011
1) QUIÉN ES QUIÉN EN LA REGIÓN
HOY: PABLO FEDERICO MORRESI

2) ¿A VER ESE COMPROMISO?..
¡¡SUMATE AL MOVIMIENTO
PARA QUE
SE INCLUYA AL
TANGO EN LA
EDUCACIÓN
Y EN LA TELEVISIÓN!!

3) YA SE VIENE EL
CARNAVAL TANGUERO

4) Y YA QUE HABLAMOS DE
CARNAVAL, PROFUNDICEMOS

5) HAGAMOS EL HUMOR

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Quién es Quién en la Región.
Hoy Presentamos a...

PABLO FEDERICO MORRESI
A Pablo Federico Morresi lo conocemos como
Pablo a secas... Nació un 2 de abril. En 1987,
rodeado de un paisaje espectacular. 
Fue en San Carlos de Bariloche (Río Negro)...
Por esas cosas de la vida recaló un día en Entre Ríos y
se afincó entre nosotros, al parecer definitivamente.
Aquí, además de bailar y enseñar Tango,
cursa la carrera de Ingeniero Agrónomo,
probablemente para estudiar "las raices" del Tango
y para seguir poniendo "la semilla" en los más chicos...
Hecha la presentación pasamos a las preguntas:

-¿Cuándo y como nace tu afinidad por la música, especialmente por el Tango?-Hace muchos años, cuando todavía vivía en Bariloche, una cantante, amiga de mi madre, nos invitó a un show que iba a presentar en El Rincón del Tango. Era simplemente una milonga en la que iba a cantar algunos temas. Ademas de tener la grata oportunidad de escucharla, a mis 15 años tuve la sorpresa de darme cuenta de cuanto me gustaba lo que los bailarines estaban haciendo en la pequeña pista del lugar. A partir de ese momento empece a tomar clases en ese mismo local, no fueron muchas ya que al poco tiempo nos mudamos de ciudad con mi familia, pero me bastó como para empezar a saborear lo que realmente el tango nos tiene escondido, hasta que se hace ver...

-¿Y quienes fueron tus primeros profesores que te guiaron por este camino?-Como te dije, mis primeras clases fueron en Bariloche, en El Rincón del Tango. Tenía unos 15 años. Al poco tiempo nos mudamos a Concepción del Uruguay, y durante un año y medio dejé de bailar, hasta que di con el grupo Concepción Tango 2000, que enseñaba en el salón del Centro Comercial. Se puede decir que en ese momento fue cuando realmente di mis primeros pasos seriamente, aunque fue un paso fugaz, ya  que no duro más de 4 ó 5 meses, porque nuestros profesores, Mario y Silvina, dejaron la ciudad.

-¿Y se quedaron sin maestros?
-¡Si!.. Aunque pocos meses después, empezado ya 2005, dos grandes amigos, Karen y Kevin, se enteraron de que había tomado algunas clases y me comentaron que ellos también estaban aprendiendo, fue cuando me inscribí con ellos en las clases de Cristián Cano en la vieja tanguería La Yumba. Con Cristián tomé clases hasta finales de 2008. Como lo consideré un gran profesor adopté su estilo y lo mantengo hasta el día de hoy.  La capacitación terminó cuando Cristian se radicó en Arica (Chile) donde formó su familia y sigue transitando por el mismo camino, enseñando Tango a los chilenos.

-¿Y con el viaje de Cano se acabó tu etapa de aprendizaje?
-¡No!.. A partir de ese momento tomé clases en Buenos Aires, en ocasiones con profesores particulares o en la escuela Carlos Copello, donde también tomé algunas clases de "milonga con traspié" con el profesor Ricardo Maceiras "el Pibe de Sarandí", quién al saber de la distancia que recorría para tomar sus clases, tuvo la gentileza de obsequíarme sus zapatos de ensayo. Fue un gran honor para mi.

-¿Cuándo decidiste dedicarte a la docencia? ¿Con qué expectativas?
-Fue a finales de 2008. Cuando mi profesor Cristián Cano deja sus clases en la ciudad para irse a Chile, sentí el impulso de dar clases, de comenzar a enseñar... Fue la necesidad de seguir bailando que me empujó y consideré que la forma mas accesible podría ser enseñando a nuevos alumnos a los cuales pudiera trasmitirles mi humilde conocimiento y mi sentimiento por el Tango. Realmente no esperaba dar clases durante mucho tiempo, pero lo cierto es que como hacerlo me gusta mucho, paso muy buenos momentos con mis alumnos, tanto mayores como niños. En cuanto a mis expectativas, anhelo que las cosas se den de forma tal para poder seguir por este camino.

-¿Cuáles fueron tus experiencias como docente del Tango?
-Si tengo que ser sincero, nunca pensé en dedicarme a la docencia, nunca me instruí para eso y en verdad no se nada sobre tratar con la gente, creo que lo hago puramente por instinto. Pero me ha dado muchas satisfacciones, cuando ves un alumno presentarse en algún lugar, recibiendo grandes aplausos, siento como muchas ganas de seguir. He tenido la suerte de cruzarme con grandes personas durante este tiempo que me han ayudado mucho, y particularmente los alumnos que me han brindado un cariño muy grande y todo su apoyo en este proyecto que empezó hace un par de años. Gracias a Dios la calidad humana que me ha acompañado este tiempo es excelente, y eso, precisamente, es lo que me alienta a seguir adelante.

-Seguramente puedes evocarnos alguna anécdota de la actividad? ¡Cuéntanos un poco!
-No recuerdo en este momento una anécdota en particular. Pero creo que los mejores momentos se han dado cuando nos hemos podido juntar, con gran parte del grupo, fuera del ámbito de las clases (milongas, asados, etc). Son esos los momentos en que uno realmente conoce a las personas con quienes está compartiendo la danza.

-Profesionalmente hablando, ¿quién fue tu primera compañera de baile? ¿Y cuál es la actual?
-Mi primera compañera de baile fue Toty, cuando recién decidimos empezar a dar clases. Actualmente y desde principios de 2009 mi compañera es Carina Caire, además de compañera de baile compañera de la Academia, ya que ella es la dueña y la profesora de su propia escuela de danzas (originalmente clásicas y españolas). En definitiva, no solo ha sido mi compañera de baile, sino también una gran profesora, inclusive es con ella con quien empezó mi corta incursión por el tango de escenario.


-Haz una breve referencia a tus presentaciones durante 2010

-Durante el pasado año nos presentamos con Carina Caire y algunos alumnos de la Academia, haciendo demostraciones de tangos y milongas en la Tanguería Ángel Villoldo. Quizás los momentos mas destacados fueron los de la inauguración, en el mes de abril, con un tango fusionado que presentamos con Carina Caire y Mara Villavicencio, previo al show que se realizaría en el nuevo auditorio municipal. Me refiero particularmente al show Clásico y Pasional, del cual se hicieron dos funciones en el auditorio Carlos Maria Scelzi el domingo 4 de julio, a beneficio de la plaza del donante.
Este espectáculo forma parte de la muestra bienal de la producción artística de la Escuela de Danzas Carina Caire. En esa edición se incluyó un bloque de tango. De todas formas, creo que las presentaciones de nuestros alumnos más chiquitos fueros las más satisfactorias, el dia del niño nuestros chiquitos (de 6 a 11 años) tubieron la posibilidad de mostrar lo que sabían por entonces en la Tanguería Angel Villoldo. Fueron 13 (niñas y niños) en total que formaron un ballet y nos dieron una gran satisfacción. Personalmente, en la presentación final de la Tanguería, me dieron la oportunidad de bailar un tango con Catalina Breda, de 11 años (imagen). Tango que realmente disfrute muchisimo prepararlo y bailarlo en la pista.
-¿Dónde estás dictando clases ahora?
-En este momento, con Carina Caire, estamos desarrollando dos cursos de verano en la ciudad, uno para principiantes, que se dicta los lunes y miércoles de 21 a 22.30 y otro para intermedios los martes de 21 a 23. Ambos cursos se dictan en el Estudio de Danzas de Carina Caire,  Avda. Uncal 160 (a pocos metros del "Monumento) y terminan a finales de febrero. Luego continuaremos con los horarios tradicionales, que pueden consultar en el teléfono 44 90 20.

-¿Como se hace para cumplir los sueños cuando de por medio hay otras actividades importantes como ser capacitarte y trabajar de algo en algo que te permita vivir?
-No es fácil. Sin embargo tengo la esperanza que mi vida con el tango siga siendo tan agraciada como lo fue hasta ahora. Considerando que nunca tuve la oportunidad de tomar clases de música, creo que me queda muchisimo por aprender, sabiendo que el tango tiene tanto escondido para enseñarnos. Por supuesto no vivo del Tango. Estoy terminando mi cuarto año de Ingenieria Agrónoma y tengo otras actividades laborales para solventar mis gastos que no me permiten dedicarme todo lo que quisiera a la danza. Aún asi: QUE LINDO QUE ES BAILAR SINTIENDO, Y CUANTO MAS LINDO ES SENTIR BAILANDO.

-Gracias Pablo por tu tiempo.
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¡¡Comprométete!! ¡¡Compromiso
es lo que se necesita en
el País y en el Tango!!..
Súmate ya mismo al movimiento de los
que queremos que se 
INCLUYA AL TANGO en la EDUCACIÓN
y en la TELEVISIÓN... ¡Vamos SOLDÁN!!
HACÉ CLIC AQUÍ Y DECí ¡¡PRESENTE!!
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Y se Viene nomás el
Carnaval Tanguero
Ya les habíamos avisado. Pero no cuesta nada insistir. El sábado 19 de febrero será una fecha magna porque nuestros amigos deberán vestir atuendos que signifiquen un cambio en los hábitos del monje...

Y si no quieres vestir un disfraz, son válidos los antifaces o las caretas (que caretas en Uruguay son los que sobran jajajaja).

Y para que no digan que no los ayudamos, en la siguiente imagen hay varios disfraces que se pueden confeccionar con muy pocas moneditas.

Todo es cuestión de dejar volar la imaginación...
¡¡Los esperamos a todos el
sábado 19 de febrero en la
sede del ROCAMORA para...
1) Bailar y divertirnos con buena onda en un ambiente sano y distinguido...

2) Disfrutar del Sexteto Milonguero, del Cacique Héctor Apeseche
, Antonio del Río, Juan Lima y muchos otros artistas...

3) Comprometerse con una causa noble como es hacer un aporte a fin de poder adquirir Campos de Salud aparatología para diagnóstico precoz del cáncer y de otras enfermedades graves...
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Y ya que hablamos del Carnaval
profundicemos un poco

El carnaval, el tango y las
serpentinas de la madrugada

    Por Néstor Pinsón con aportes de Ricardo García Blaya
Según la definición de la Enciclopedia Sopena, para la grey católica universal el carnaval –festejo pagano-, se celebra durante los tres días que preceden al miércoles de ceniza, que es el primero de la cuaresma. Se inicia entonces la fiesta popular donde se forman las mascaradas, las comparsas, las milongas y otros regocijos animados y bulliciosos.

Casi todos los países del mundo festejan el Carnaval, cualquiera sea su religión, según sus usos y costumbres. Ese desborde, que practica un corte de la vida rutinaria, ha sido origen de amores y desengaños, de alegrías y tristezas y hasta de duelos pasionales.

Nuestro carnaval no fue muy diferente. Los disfraces más populares fueron los de colombina, pierrot, cocoliche, arlequín, payaso, el peligroso oso carolina -cuyo uso fue prohibido pues en varias ocasiones les prendieron fuego y al estar confeccionados con lana ardían rápidamente-; y tantos otros. Hasta un simple antifaz agregado a la ropa de calle significaba una adhesión al jolgorio.

Y estaban los juegos con serpentinas, con papel picado y los pomos con un perfume que cuando entraba en los ojos producía ardor. Además, estaban los más ingenuos cargados con agua o con una especie de nieve que te dejaba la ropa a la miseria.

Los populosos corsos atravesaban las principales avenidas de las Ciudades más populosas, siendo el más famoso en Buenos Aires el de la Avenida de Mayo. También, las calles más tradicionales de cada barrio tenían los suyos con las pequeñas murgas que armaban los más chicos. Y, principalmente, estaban los grandes bailes de carnaval, los esperados ansiosamente por los más jóvenes.

El tango dio testimonio de esta manifestación del pueblo incorporando el carnaval y sus ritos, primero en sus títulos y, más tarde, en sus letras. En la década del veinte nacieron los mejores temas, muchos de los cuales se transformaron en verdaderos clásicos.

Añorados viejos tiempos de las multitudinarias orquestas, que estaban obligadas a reforzar el número de sus músicos para superar el bullicio del ambiente. En algunos casos superaron los cincuenta integrantes. La más renombrada fue la conformada por la unión de las huestes de Francisco Canaro con las de Roberto Firpo, para sus presentaciones en el Teatro Colón de Rosario, en el carnaval de 1917... ¡Ayer, nomás!

Con el advenimiento de la letrística observamos un variado tratamiento de esta temática. Por un lado, el carnaval mostrado como una pintura social, a veces acompañada por el romance fugaz y la traición:
«¿Dónde vas con mantón de Manila? / ¿Dónde vas con tan lindo disfraz? / Nada menos que a un baile lujoso, / donde cuesta la entrada un platal. / ¡Qué progresos has hecho pebeta! / Te cambiaste por seda el percal... / Disfrazada de rica estás papa / lo mejor que yo vi en Carnaval.» (“Carnaval”)
Otro ejemplo:
«Esta noche bajo el arco de la vida / va paseando su locura el carnaval / Suena el mundo la corneta de su risa / y se ha puesto una careta de bondad...» (“Serpentinas de esperanza”)
Por otro lado, tenemos el Carnaval tomado en un sentido más filosófico y metafísico, donde el relato pasa por la queja, la resignación, el fracaso, con alguna que otra sentencia moralista:
«que cuando empiece a tallar/ el invierno de tu vida / notarás arrepentida / que has vivido un carnaval» (“Callejera”)

Y otra:
«Fugitivas se irán en la aurora / la ventura y la risa. / Tendrán todas mis horas una gris soledad./ En mis labios habrá la ceniza de su nuevo desaire / y despojos del sueño tan solo serán. / Un perfume rondando en el aire / y en el suelo un pequeño antifaz». (“Otra vez carnaval”)

También aparece como un refugio momentáneo, como una negación de la realidad:
«Si el amor te trata mal. / ¿Qué te importa del amor? / Te ponés otro disfraz / que te oculte el corazón...» (“Todo el año es carnaval”)

Dante A. Linyera en Yo me quiero divertir, hace decir a su personaje:
«Yo esta noche me hago el loco. / Son chispazos los desaires de la suerte / si la vida es mascarita de la muerte / y esta noche es carnaval. / Disfrazadas nuestras almas de payasos, / nuestros rostros de alegría / en el loco torbellino de la orgía / a reir para olvidar...»
Se puede observar en las letras, que no sólo fue descriptiva la visión que los autores tuvieron del Carnaval. Vieron más allá del jolgorio, el comportamiento humano, los amores perdidos, la necesidad de evadir la realidad cotidiana para abandonarse a una fácil alegría. En resumen, eran versos con planteos profundos y dramáticos.

Te conozco mascarita, de Martín Quijano, posiblemente sea el título más antiguo (data de alrededor de 1902) y La cumparsita, el tango más famoso (1916).

Otros títulos:
Agua de pomo, de Francisco Fiorentino
Carnaval de antaño
, de Sebastián Piana y Manuel Romero
Carnaval de mi barrio, de Luis Rubistein
Carnavalera, de Piana y Homero Manzi
Carnavales de mi vida, de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo
Cascabelito, de José Bohr y Juan Andrés Caruso
Cocoliche, de Eugenio Nobile, Luis Cosenza y Francisco Lamela
Colombina, de Julio y Francisco De Caro con Cadícamo.
Cotillón, de Juan Carlos Bazán
Después de Carnaval, de José Amuchástegui Keen.
Dios momo, de Alfonso Lacueva y Enrique Carrera Sotelo.
Disfrazado, de Antonio Tello y Alejandro Da Silva.
Disfrazate hermano”, de Antonio Bonavena, Antonio Solera y Francisco Gorrindo
El rey de la serpentina, de Graciano De Leone
En el corsito del barrio, de Abel Aznar y Reinaldo Yiso
Esta noche en Buenos Aires, de Ángel D’Agostino, Eduardo Del Piano y Avlis
Esta noche me disfrazo, de Juan B. Vescio
Este carnaval, de Luis y Miguel Caruso
Hasta el otro carnaval, de Julio De Caro y Dante A. Linyera
La enmascarada, de Paquita Bernardo y García Jiménez
La murga, de Peregrino Paulos
Máscaras
, de Pedro Vilella y Luis Rubistein
Mascarita, de José Monzeglio
Melenita de oro, de Carlos Geroni Flores y Samuel Linnig
Mi carnaval, de Alberto Gambino
Mis carnavales de ayer, de Carmelo Imperio, Romeo Gavioli y Juan Carlos Patrón
Otra vez carnaval, de Carlos Di Sarli y García Jiménez
Papel picado, de Cátulo  y José González Castillo.
Pobre colombina, de Virgilio Carmona y Emilio Falero.
Pobre mascarita, de Salvador Granata y Orlando Romanelli.
Quiero disfrazarme, de Roberto Prince y Francisco Sorrentino
Ríe payaso, de Emilio Falero y Virgilio Carmona
Sacate el antifaz, de Orlando Romanelli y Alberto Munilla
Sacate la caretita
, de Luis Cosenza, José Schumacher y Juan A. Caruso
Serpentina, de Miguel Caló y Francisco Federico.
Siempre es carnaval, de Osvaldo y Emilio Fresedo.
Siga el corso, de Ricardo Brignolo
Siga el corso, de Aieta y García Jiménez.
Soy un arlequín, de Enrique Santos Discépolo
Tirame una serpentina, de Aieta y Juan Sarcione.
Todo el año es carnaval, de De Caro y Dante A. Linyera.
Tu disfraz, de Ángel Danesi y
Yo me quiero divertir, de De Caro y Dante A. Linyera.

Infortunadamente, en la actualidad el Carnaval dejó de ser lo que fue, ya no lo festeja el pueblo espontáneamente, aunque muchas murgas y comparsas han surgido en los últimos años, sumándose a las históricas que sobrevivieron con mucho sacrificio.

También observamos el esfuerzo de algunos gobiernos y entidades privadas para programar corsos y espectáculos que reúnen público pero sin el entusiasmo de antes.

La decadencia del carnaval representa uno de los tantos cambios que sufrieron las costumbres populares argentinas, a partir de esa noche larga y oscura que sobrevino después de la caída del gobierno de Juan Domingo Perón.

Para terminar, una imagen y una reflexión que me vienen de pibe, cuando el Carnaval estaba en plena vigencia. Una vez que todo terminó y quedan vacías las calles, ¿hay algo más desolador, que la tristeza que provoca ver una madeja de serpentinas enredadas, arrastradas por la brisa de la madrugada?
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HAGAMOS EL HUMOR
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¡¡¡GRACIAS A TODOS
LOS AMIGOS QUE DESDE
2010 HAN VENIDO
APOYANDO LA CAMPAÑA
DE LUCHA CONTRA EL CÁNCER!!!
HASTA EL OTRO BOLETÍN...

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