Al entrevistado de hoy también
se le conoce como Juan a secas,
Juancito o Miki...
Ha nacido en nuestra ciudad
hace como medio siglo, pero
conserva su frescura y juventud,
tanto en el trato como en la
vocalización de los temas
que nos subyugan... Y aquí
lo tenemos. Frente a frente para
someterlo a un despiadado
interrogatorio. Él se lo buscó...

-Nos han contado que estás estrechamente ligado a la música desde tu más tierna infancia. ¿Es verdad?
--Es cierto. Y desde ya te digo que seria muy difícil para mí establecer una fecha de cuando comenzó este amor por la música y el canto. Mis padres siempre estuvieron muy ligados a a la música. Es más, mi mamá canta muy bien...
-¿Y qué esperás para presentarla en el Canto Bar de la Tanguería?... ¡Dale!.. Que se anime, porque esa diversidad, ese intercambio enriquecedor es lo que se busca... ¿Y tu papá también fue devoto musical?
-¡Si!.. Mi viejo sabe mucho sobre intérpretes sobre todo de tango pues vivió relacionado con un club de nuestra ciudad que antaño trajo muchos músicos y cantores de primer nivel, a veces solemos recordar aquellos momentos gracias a que todavía atesora afiches ("la propaganda manda cruel en el cartel") programas, etc.
--Seguramente esas vivencias fueron abonando el terreno. Pero hubo un detonante...
-¡Lo hubo!.. Un día, a mis 33 años, la vida me enfrentó a una muy dura prueba... Un cáncer. Y mientras me batía a duelo con la enfermedad, me pregunté por qué no hacía algo respecto de mi pasión por la música... Fue cuando decidí aprender a tocar guitarra para acompañarme. Y como puedes ver salí airoso y empecé a conocer, siempre con el apoyo de mi familia, a los dos tipos más grandes de la música (del mundo) Antonio Del Río y Héctor Apeceche. Ellos son los culpables de hacerme creer que puedo cantar...
-¿Y después?
-Después ya no se puede parar, ya no hay retorno, la música y el canto se te meten en las venas y te transforman en algo inexplicable, instransferible, algo único que quiera Dios siempre se pueda contagiar.
-Sabemos de gran la amplitud y diversidad de tu repertorio, pero realmente ¿cuál es tu género preferido?
-En este momento tal vez el tango, hasta hace un ratito era el folclore. Pero esperá un poco, porque me están dando ganas de algo melódico y después como me conozco seguro viene el rock. Como verás esto que parece propio de una patología psiquiátrica no lo es, es simplemente producto de un sentimiento que se vive cuando varios sonidos se juntan y a veces no importa el género, lo que importa para mí es esa relación íntima que se produce cuando la música te invade, te hace saltar, te aplasta, te transporta, te hace reir o llorar, te empuja o te ata, depende de vos, porque de eso se trata eso es la música, una manifestación en notas de como somos y estamos los humanos.
--Eso de hacer llorar lo has demostrado hace poco en la Tanguería. Fue muy emocionante ese momento. Aún invade mis retinas y mi corazón... Pero no divaguemos... ¿Quiénes son tus artistas emblemáticos de esos géneros?
-El Ape y Antonio en primer lugar... Después, El Polaco, Rubén Juárez, Falcon, Miguel Montero, Cacho Castaña, Pugliese, Pichuco, Peteco, Asnavour, Cortez, Serrat, Mana y otros tantos que no los puedo olvidar. Y un espacio especial para lo que interpretan mis hijos y nietos. ¿Un poco baboso no?
-Nada de baboso. Pablo y abuelo adorable... ¿Contanos un poco sobre los instrumentos que ejecutás?
-Como te dije comencé con la guitarra. Y luego vino la batería (rie) y el Toc Toc... Pero me tengo que perfeccionar, porque estoy en pañales...
-¿Tomaste lecciones o eres autodidacta?
-Autodidacta, con muchas lecciones de amigos a quienes con seguridad lleve al extremo del aguante.
-¿Cuáles son tus expectativas respecto del canto?
-Seguir haciendo lo que hago hasta ahora, disfrutar, compartir hermosos momentos con la familia y los amigos, canturriar con Antonio en la Tanguería Ángel Villoldo, tratar de que la gente sienta el alivio que trae la música a lo cotidiano, que se está poniendo cada vez más difícil... En realidad creo que estoy un poco viejo para pensar demasiado adelante, trato de vivir con alegría, con amor, com emoción y sinceridad lo que me pasa en este momento, cuando ya no sienta así creo que no voy a tener ganas de cantar tampoco, si soy un sentimental empedernido.
Juan Lima y su hermosa esposa
-Sabemos que el canto no es tu medio de vida. Que tienes una profesión muy valiosa a la cual estás muy apegado y llevas a cabo con absoluta responsabilidad. Contanos un poco sobre eso.
-La vida me llevó un día a la Universidad del Salvador en busca de esa profesión y egresé como Técnico en Prevención de Adicciones para tratar de hacer al menos algo en esta problemática que día a día nos muestra lo peor de nosotros y de la sociedad en esta relación casi siempre compulsiva que establecemos con los objetos, que pueden ser drogas o no, en el complicado mundo de las conductas adictivas.
-Un serio problema en el que no hay una verdadera Política de Estado ni creo que, por razones que se comprenden, la habrá en mucho tiempo.
-¡Si!... Pero atención, porque me di cuenta que el problema no son las drogas o los objetos a los cuales nos hacemos adictos, el problema es multicausal y la solución, atendiendo a esto último, debería ser multidisciplinario, las drogas son solamente una parte del complejo mundo donde interactúan el sujeto y su contexto... ¿Qué pesado no? Estoy tratando de explicar en un minuto algo que me llevó 20 años aprender y aprehender (Estás desorientao' y no sabés que trole hay que tomar para seguir).
-¿Hace falta agregar que que la tuya es una función muy valiosa para la sociedad? ¿Y que sabemos que el canto y la música están entre tus herramientas más importantes para la recuperaciòn de los jóvenes que han tenido la desgracia de optar por ese camino? ¿Es una forma de docencia?
-¡En parte si! Y no se si mi trabajo es tan valioso. Se habla mucho de prevenir, de educar, de cuidarse, pero no sé si en el fondo es un sentimiento sincero de la gente. Creo que estamos muy preocupados por vivir a fondo, disfrutar todo lo que se pueda de la manera que se pueda, sin importar quien queda en el camino, para mi gusto el mundo es demasiado oportunista y la oportunidad no siempre es buena, sobre todo para los chicos. Te aclaro que soy un tipo muy positivo frente a la vida, de lo contrario no estaría acá, pero también trato de ser sincero y lo que veo en la calle es lo que te cuento. ¿Sabés una cosa? Me preocupa mucho la falta de proyectos de vida, que no se crea en la familia como el elemento más importante en la prevención de todas las enfermedades y adicciones, que se utilice a la música como elemento para trasmitir violencia, que se confunda al amor con pornografía, a la democracia con libertinaje, esto es lo que percibo cuando veo y trato con adolescentes... No todos, por supuesto, entonces me pregunto, ¿cuál es el verdadero problema: las drogas o el desconocimiento que tenemos de como debemos ser y actuar? Creo que es más importante y vital saber como ser padres o ciudadanos y no después, demasiado tarde, tener que dedicarnos a saber si nuestros hijos tienen o no drogas en los bolsillos. Hay que ser detectores de lo que ocurre todos los días con ellos, de las drogas que se ocupen los organismos correspondientes, pues todas las conductas se forman con lo que ocurre cotidianamente, delante de nuestros ojos. Respecto a lo de la música te contesto que ¡Si!.. Estoy desarrollando un programa con alumnos de nivel secundario donde utilizamos la música como proyección de lo que les ocurre en determinado momento de sus vidas, permitiéndoles ver sentimientos asociados y de alguna manera poder resolver las situaciones, poniéndolas en palabras y no ocultándolas... Es muy interesante saber que después de un tiempo los chicos se identifican con el Tango en especial, como fuente inagotable de sentimientos y situaciones sociales de otra epoca pero aún vigentes.
-¿Cuándo y como decidiste dedicarte a esa forma de docencia para complementar tu labor profesional?
-Estoy trabajando en el tema desde hace aproximadamente 20 años pero como docente de nivel secundario solo hace 3, porque considero que la educación es el único método socializador por excelencia.
-¿Cuáles fueron tus resultados al aplicar la música a las adicciones?
-Muy positivos y recreativos.
-Seguramente puedes evocarnos un par de anécdotas de tus actividades. una como cantante y otra como rescatista de jóvenes adictos...
-Por supuesto. Hay muchas. En una oportunidad, en una Tangueria de la ciudad llamada La Yumba y a la cual había sido invitado por Celso Bournizen, no como cantor, porque todavía no me había presentado ante el gran público, me encontraba con mi esposa, sentado, atendiendo que el Negro Apeseche" estaba dando a conocer un certamen de canto que se haría en le lugar y en determinado momento yo levanto mi mano para llamar a la mesera, y ni lerdo ni perezoso El Ape dice por micrófono "¡Qué bien!.. Ya tenemos un inscripto... Aplausos... ¿Quién es el joven que levanta la mano?". Ante el aplauso de los concurrentes y sin posibilidades de volver atrás, me quede enganchado para siempre con el concurso, El Ape y la maravillosa experiencia de cantar. Y en lo que respecta a los jóvenes, ellos me rescatan a mí todos los días, haciéndome sentir que vale la pena lo que hago y que la vida es lo más importante que tenemos, y que es única, irrepetible, irremplazable.
-¿Algo más que quieras agregar?
-Un abrazo muy fuerte para todos y.... ¡Aguante la Tangueria!
Cronista: Rosa Candelas